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viernes, 6 de octubre de 2017

La corrupción nace de la mala educación

Foto @lisreyess

Por: @CamiNogales

Los corruptos de ahora fueron los niños perezosos de ayer, esos que no estudiaban para los exámenes, pero pasaban todas las materias porque se copiaban de sus compañeritos de clase. El que se robaba un dulce en la tienda es el que hoy atraca un banco a mano armada. 

Ese que soñaba con que le lloviera plata del cielo es el narcotraficante de hoy o el que se encontró con una guaca y despilfarró su contenido. La que compraba votos con chocolatinas para ser elegida personera del colegio, terminó haciendo alianza con los paramilitares para ser elegida congresista, la misma que compró tamales para coaccionar a sus votantes o pagó 20 mil pesos por cada voto. 

Esa bonita que se levantaba a los profesores para pasar la materia, es la misma ‘trepadora’ que hoy se lo da a sus jefes para ascender. Ella es capaz de desaparecer a su mismísima madre, de ser necesario, porque qué pereza trabajar y esperar el proceso normal, de altibajos, del desarrollo profesional. 

El niño millonario, al que los papás le demostraron su afecto solo con dinero, ese que no conoció los límites, es el que comete tantos excesos que lo lleva hasta cometer homicidios, con la connivencia de su familia porque “pobrecito el muchachito, no sabía lo que hacía”. Algunos, no todos, aclaro, de apellidos de ‘alta alcurnia’ creen que con tenerlo es suficiente mérito para obtener contratos y consideran que el pago de las cuentas de cobro es un tributo a su apellido. 

El que falsificó la firma de la mamá para una tarea del colegio, es el mismo que compró el diploma de bachiller, de pregrado, postgrado y luego, con esos títulos, se posesionó en un alto cargo que le quedó grande pero que le dio poder. Ese que descubría alguna maldad de un compañerito del colegio y lo extorsionaba a cambio de su silencio, es el que, cuando adquiere el poder necesario para contratar personas, les pide un porcentaje mensual del salario. Esos vagos que pagaban por sus trabajos en la universidad y no son capaces ni de pasar una hoja de vida para conseguir una oportunidad laboral son los que pagan, con gusto, una cuota de su contrato por el mismo. 

Al que quiso adelgazar, de la noche a la mañana, con una liposucción, es el mismo que resulta positivo en pruebas de doping porque no fue capaz de entrenar con juicio para lograr sus objetivos.

En fin, son tantos casos de corrupción, congresistas que compran votos, magistrados que sobornan, narcotraficantes, todos ellos tienen un denominador común. Son personas que no quieren mover un dedo y quieren agarrar el mundo con sus manos sin hacer un mínimo esfuerzo, y eso es lo que nos tiene jodidos. Eso no se enseña en el colegio, ni en la universidad, se aprende en la casa, no con lora, sino con el ejemplo que nos dan nuestros papás.